viernes, 31 de marzo de 2023

Y dijo subido en lo alto de la galera...




Yo no quiero ser vuestro alcalde para arreglar las farolas. Tampoco quiero ocuparme de los impuestos, de organizar la iluminación navideña o de asfaltar vuestras calles. He venido para que vuestra vida sea mejor, para reflejaros aquellas cosas que ya no veis, que habéis olvidado, y que han sumido vuestro mundo en un mar de egoísmos y hostilidades absurdas.

La luz sigue brillando, pero cada vez se aleja más. No quedan portadores de la llama, la ausencia de mujeres y hombres libres desata los mayores temores en las almas viejas, que se ven amenazadas con un retorno no deseado.

Os ofrezco el perdón, la generosidad, la ternura, la firmeza y una entrega desinteresada para que se pueda cumplir el fin. He venido para ser espejo, para golpear con mi mazo y para mostraros un arco iris con colores que ya no recordáis.

Los allí reunidos se miraron entre si... ¿A qué hora tenía que venir el alcalde?

Menudo plantón.